miércoles, 30 de mayo de 2012

LA DISCIPLINA EN EL HOGAR

La disciplina, es un proceso esencial para el desarrollo del niño que le ayudará a ser autónomo, feliz, con capacidad de resolver problemas nuevos, reconocer errores y éxitos. Es un proceso que no se da de la noche a la mañana y todos los que estamos involucrados con niños (padres hermanos, maestros, psicólogos etc.) participamos de manera directa. Es preferible que la disciplina se de a temprana edad, pero hay que reconocer que nos sirve para toda la vida adulta.

Así tenemos, que es una constante, el saber que los niños no siempre hacen lo que el padre quiere. El niño a veces se comporta mal y el padre tiene que saber como responder. Todos los niños necesitan reglas y normas para aprender un comportamiento apropiado
Es importante que se vea la disciplina como una enseñanza, no como un castigo, son los padres los que han de ponerse de acuerdo en decidir la disciplina. El niño que crece bajo normas o pautas de comportamiento adecuado lo ayuda a ser seguro y distinguir lo bueno de lo malo.
Los padres y los hijos deben decidir juntos las reglas y una vez que esto suceda explicarle al niño cuales son las consecuencias: “Si tu rompes las reglas esto sucede”
Si el niño no sigue las reglas aplicar el correctivo, si el niño sigue las reglas aplicar el refuerzo positivo y apoyo emocional.
Los niños aprenden de la experiencia, por ejemplo si los niños se pelean por el televisor, la computadora o el juego de video, apágueselo. Si un niño vota la leche en la mesa por que esta jugando, haga que la limpie.
Los padres efectivos no necesitan hacer uso de la fuerza física para disciplinar, sino razonan con los niños y consideran el punto de vista de los jóvenes aunque no estén de acuerdo con ellos.
¿Qué hacer?
Asegúrese que lo que usted le pide sea razonable.
Hable con su hijo como a usted le gustaría que le hablasen si le estuvieran regañando, no le grite ni le ponga sobrenombres o adjetivos, es faltarle el respeto.
Sea claro sobre los que usted quiere decir, sea firme y específico.
Recuerde que con su ejemplo, debe ser un modelo positivo de comportamiento.
Permita que su niño exprese, las consecuencias de su comportamiento.
Las consecuencias deben ser justas a la edad del niño
En los adolescentes funciona la negociación.
Busque ayuda profesional cuando el comportamiento sea inusual.
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